martes, julio 31, 2007

Tenía que decirlo (Albert, no yo, que sólo reproduzco)

A lo mejor no viene a cuento, pero me acabo de leer el texto de Mario Vargas Llosa en el País de este domingo y, mira que uno tiene paciencia, pero ha sido la gota que ha colmado el vaso. No hay nada muy nuevo: la portada es un espanto ético-estético que cualquier persona sensible condenaría sin dudarlo, la familia real es campechana (¡campechana! cuando lo he leído pensaba que el texto contenía algún giro irónico, pero no, el hombre nos lo cuenta como lo siente: son campechanos). En su empeño por demostrar lo miserables que somos, todos esos columnistas (o cortesanos o aspirantes al Príncipe de Asturias o no sé ya muy bien qué son) se ven en la necesidad de afirmar que somos un medio marginal que cuenta apenas con un reducido puñado de lectores. Vale, os podríais mirar el Estudio General de Medios, pero lo vuestro no es el periodismo. Y siguiendo el mismo razonamiento todos coinciden en ningunear (creo que Vargas Llosa habla de desconocido dibujante) a dos de los mejores humoristas gráficos barra historietistas que ha dado este país en las últimas décadas. No tendría que ser yo el que lo diga, y igual suena corporativista, pero Manel y Guillermo han firmado grandes, importantes y graciosísimas (que de eso se trata) páginas. Yo les admiro profundamente y me empequeñezco a su lado (puede que suene exagerado, pero coño, es así) y me parece que dice mucho de los medios que tenemos que en ningún lado se haya reseñado (aunque sea mínimamente) su carrera. Sólo son dos imbéciles molestos. Los opinadores lo saben todo, claro, y lo que no conocen no existe.
Tenía que sacármelo de encima, me voy a dormir
Albert Monteys, director de El Jueves, en los comentarios de Con C de Arte.

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