miércoles, octubre 15, 2008

Jugando al escondite




Ese sol que hace tan sólo unos minutos iluminaba las páginas del libro que tengo en mis manos, que calentaba las piernas mientras estas descansaban sobre la caman, ha decidido esconder sus rayos tras las chimeneas de la ciudad, tornando difusas las antenas a través de las cuales entra tanta basura cada día. Tendré que buscarlo mañana, por el otro lado de la casa, para que continúe transmitiéndome su calor y su energía, cargándome las pilas para afrontar un día que será mejor que el de ayer.

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