Servidor leyó el cómic cuando salió en EEUU y le gustó. Lo volvió a leer cuando salió en España y también le gustó, más si cabe porque en la primera ocasión compre la edición seriada en grapa y en la segunda vi las planchas completas por el formato apaisado, por lo que la experiencia visual es mucho mejor (ahora que lo escribo, mira que ha quedado raro).
A la película le tengo ganas, he visto los trailers y el libro que acaba de sacar Norma con material de rodaje. Impresionante.
Y respecto a la polémica, la veo exagerada, muy manipulada por parte de todos los lados implicados.
El tebeo de Miller puede no ser el trabajo más riguroso históricamente de los que se han publicado ambientados en la Grecia clásica, aquí casi mitológica, pero tampoco pretende ser un ensayo sesudo sobre la confrontación entre dos potencias de la edad antigua, sino una metáfora sobre cómo el ser humano puede luchar e intentar aguantar lo máximo posible cuando sabe que no tiene ninguna posibilidad de éxito (sin profundizar en complejidades psicológicas que ahora no me apetecen). Pero en ningún caso lo veo como un alegato anti musulmán, o anti persa, o anti nada.
De la película, como no la he visto, no puedo opinar. Ninguno de los iraníes que he escuchado en el informativo de hoy la ha visto, y sin embargo opinan. Ni han leído el tebeo, porque allí no se ha publicado. Hasta las autoridades políticas dicen que es un ataque imperialista contra su país, ya que los persas comenzaron su Imperio en lo que ahora se llama Irán.
Y digo yo, ¿qué tendrá que ver la velocidad con el tocino? Estas personas humanas son las mismas que han renegado durante décadas de su pasado imperialista, son los promotores de los radicales que en el país de al lado destruyeron unas estatuas persas y quemaron bibliotecas y asolaron museos porque representaban la imagen del hombre, algo prohibido por su radicalidad.
Ahora han encontrado en este film, que todo el mundo conoce porque los medios globales norteamericanos no dejan de publicitarlo a toda hora, haciéndole un trabajo estupendo y gratuito a la productora (que es la dueña de varios de esos medios, todo sea dicho), la herramienta perfecta para refrendar su discurso, para gritar contra los malditos yanquis imperialistas.
Sólo es una excusa más.
El cine es un medio de expresión artística, es una forma de transmisión de ideología, es una herramienta de movilización social. Pero me temo que, en el caso de 300, sólo es puro entretenimiento. Sinceramente, espero que del bueno.
A la película le tengo ganas, he visto los trailers y el libro que acaba de sacar Norma con material de rodaje. Impresionante.
Y respecto a la polémica, la veo exagerada, muy manipulada por parte de todos los lados implicados.
El tebeo de Miller puede no ser el trabajo más riguroso históricamente de los que se han publicado ambientados en la Grecia clásica, aquí casi mitológica, pero tampoco pretende ser un ensayo sesudo sobre la confrontación entre dos potencias de la edad antigua, sino una metáfora sobre cómo el ser humano puede luchar e intentar aguantar lo máximo posible cuando sabe que no tiene ninguna posibilidad de éxito (sin profundizar en complejidades psicológicas que ahora no me apetecen). Pero en ningún caso lo veo como un alegato anti musulmán, o anti persa, o anti nada.
De la película, como no la he visto, no puedo opinar. Ninguno de los iraníes que he escuchado en el informativo de hoy la ha visto, y sin embargo opinan. Ni han leído el tebeo, porque allí no se ha publicado. Hasta las autoridades políticas dicen que es un ataque imperialista contra su país, ya que los persas comenzaron su Imperio en lo que ahora se llama Irán.
Y digo yo, ¿qué tendrá que ver la velocidad con el tocino? Estas personas humanas son las mismas que han renegado durante décadas de su pasado imperialista, son los promotores de los radicales que en el país de al lado destruyeron unas estatuas persas y quemaron bibliotecas y asolaron museos porque representaban la imagen del hombre, algo prohibido por su radicalidad.
Ahora han encontrado en este film, que todo el mundo conoce porque los medios globales norteamericanos no dejan de publicitarlo a toda hora, haciéndole un trabajo estupendo y gratuito a la productora (que es la dueña de varios de esos medios, todo sea dicho), la herramienta perfecta para refrendar su discurso, para gritar contra los malditos yanquis imperialistas.
Sólo es una excusa más.
El cine es un medio de expresión artística, es una forma de transmisión de ideología, es una herramienta de movilización social. Pero me temo que, en el caso de 300, sólo es puro entretenimiento. Sinceramente, espero que del bueno.
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