viernes, abril 18, 2008

Jueves en el salón

Algunas empresas parecen no tener del todo claro el concepto de servicio público. Uno llega aquí a hacer que trabaja, aunque no me he acreditado profesionalmente y tal vez ese sea el problema, y se encuentra que no es nada fácil conectarse con el mundo que hay fuera de las (altas) paredes de la Fira de Barcelona.

La pela es la pela, como se decía antes aquí. Y parece que algunas instituciones “públicos” lo tienen más que claro.

En fin.

La del jueves es la jornada más tranquila de la semana por estos pasillos. Por la mañana, además del mogollón institucional que supone la apertura oficial en la que comparecen autoridades varias, hay poco ambiente, pese a lo cual el rostro de la mayoría de los expositores es de cansancio. Y es que la primera jornada (la del miércoles, la que sólo están abiertas las puertas para que los que han reservado su hueco monten las casetas y demás zarandajas) es dura, dura.

A las seis ya hay más ambiente. Los corredores son amplios y los espacios abiertos numerosos. Las exposiciones dan cabida a suficiente gente y no hay apreturas por ningún lado. Incluso en la cafetería una se puede sentar sin hacer la en otras veces insufrible cola.

El perfil del visitante es más homogéneo hoy. No hay rarezas disfrazadas, sino: hombres de mediana edad con ganas de hablar; jóvenes vestidos de negro en su mayoría; mochilas para guardar los tebeos; y varios equipos de televisión (operador de cámara + periodista con micro) que parecen perdidos porque no encuentran gente disfrazada. Y es que esto no es una reunión de freaks, sino un salón profesional donde (hoy, al menos) la gente viene a mirar, charlar, comprar y vender. Alguien debería haberles dicho que el show es el domingo,

He visto al GRAN Vittorio Giardino (el señor de la foto de aquí al lado) firmando, pero no es lo mío hacer colas para que me pinten monigotes. Aunque la cola es escueta y el artista muy grande, así que igual cedo a la tentación.

He visto y saludado a Paco Camarasa, que ha montado tenderete con los amigos de Futurama. Mañana hablaremos con calma. También he visto a Nacho, pero se iba a comer con Rosa y no habían regresado cuando he pasado a verles por Glènat. Lo volveré a intentar.

Y dentro de un rato, al teatro. Cargado, pero no mucho, porque creo que no compraré nada. Aún.

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