Llevo años, literalmente, organizando los tebeos de mi despacho. Desde la reforma, que comenzó hace ya casi seis años, y que provocó que todos fueran ubicados con cuidado en cajas y bolsas, que no fueron tratadas idóneamente por los peones que transformaron el piso en mi casa.
Durará mucho todavía el proceso de vaciado, porque hay cosas mucho más importantes e, incluso, hasta más urgentes, que hacer en estos días. Y lo que queda...
Pero en este día de mierda (climatológicamente hablando; gris, lluvioso, asqueroso), se ha hecho la luz y la sonrisa no se me quita.
El fin de semana hice una barbaridad. Entré en Amazon y me gasté MUCHO dinero en cuatro cositas a las que le tenía muchas ganas. Pensé... ahora es el momento. Se han juntado tres vicios y, de esta manera, te ahorras una pasta en portes, ya que llega todo junto.
Acaba de sonar el timbre del portal. Un señor de correos que me subía unos paquetes. Dos cajas. DOS CAJAS. Si yo no he pedido tanta cosa. Bueno, la verdad es que sí, pero no pensaba que... ¡¡¡DOS CAJAS!!!
Un libro, Men of tomorrow, escrito por Gerard Jones, que relata el inicio del cómic-book en los años 30 y la relación con las mafias americanas, y los judíos, y todas esas cosas que sin ser Historia, es el trasfondo que hace que los tebeos hayan llegado a ser lo que son, para todos pero también para mí.
El primer volumen de Fantastic Four Omnibus, un supertocho con los primeros 30 números de la colección y el primer anual. De cómo Stan Lee y Jack Kirby re-inventaron el género de los superhéroes. Imaginación, diversión, bonitos dibujos y muchos recuerdos sensibles. Una joya, vamos.
La caja con la segunda serie de The League of Extraordinary Gentlemen, tamaño extra-grande. Sí, son los de la película, pero no, no son los de la película. Esto es canela fina. Aventuras modernas ambientadas en una irreal Inglaterra victoriana, escritas por el mago Alan Moore, cuyos guiones completos están en el segundo volumen, junto con muchos bocetos de Kevin O'Neill.
Y... TODO CALVIN Y HOBBES. ¡¡¡TODO!!! Una caja sólo para esta caja, tres volúmenes que, por cierto, pesan un huevo. No digo más. Que me emociono.
Menudo fin de año me espera. No me voy de viaje. Me quedo en casa a leer. Así que tendrás que venir a verme, porque me he gastado todo lo que tenía. ¿No había dicho algo así al principio?
Durará mucho todavía el proceso de vaciado, porque hay cosas mucho más importantes e, incluso, hasta más urgentes, que hacer en estos días. Y lo que queda...
Pero en este día de mierda (climatológicamente hablando; gris, lluvioso, asqueroso), se ha hecho la luz y la sonrisa no se me quita.
El fin de semana hice una barbaridad. Entré en Amazon y me gasté MUCHO dinero en cuatro cositas a las que le tenía muchas ganas. Pensé... ahora es el momento. Se han juntado tres vicios y, de esta manera, te ahorras una pasta en portes, ya que llega todo junto.
Acaba de sonar el timbre del portal. Un señor de correos que me subía unos paquetes. Dos cajas. DOS CAJAS. Si yo no he pedido tanta cosa. Bueno, la verdad es que sí, pero no pensaba que... ¡¡¡DOS CAJAS!!!
Un libro, Men of tomorrow, escrito por Gerard Jones, que relata el inicio del cómic-book en los años 30 y la relación con las mafias americanas, y los judíos, y todas esas cosas que sin ser Historia, es el trasfondo que hace que los tebeos hayan llegado a ser lo que son, para todos pero también para mí.
El primer volumen de Fantastic Four Omnibus, un supertocho con los primeros 30 números de la colección y el primer anual. De cómo Stan Lee y Jack Kirby re-inventaron el género de los superhéroes. Imaginación, diversión, bonitos dibujos y muchos recuerdos sensibles. Una joya, vamos.
La caja con la segunda serie de The League of Extraordinary Gentlemen, tamaño extra-grande. Sí, son los de la película, pero no, no son los de la película. Esto es canela fina. Aventuras modernas ambientadas en una irreal Inglaterra victoriana, escritas por el mago Alan Moore, cuyos guiones completos están en el segundo volumen, junto con muchos bocetos de Kevin O'Neill.
Y... TODO CALVIN Y HOBBES. ¡¡¡TODO!!! Una caja sólo para esta caja, tres volúmenes que, por cierto, pesan un huevo. No digo más. Que me emociono.
Menudo fin de año me espera. No me voy de viaje. Me quedo en casa a leer. Así que tendrás que venir a verme, porque me he gastado todo lo que tenía. ¿No había dicho algo así al principio?
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