Una de las más extrañas sensaciones que tengo tras tantas semanas, meses, en el despacho estudiando es que, en ocasiones, vivo un poco aislado del mundo en el que he estado viviendo tan intensamente. No es que me sienta solo, en absoluto, ni vivo en una burbuja. Si así fuera, ya sería doctor, ¡JÁ!
Es una sensación un tanto incierta, difusa tal vez, que subyace constantemente y que, sólo en ocasiones, aparece en la superficie. Tal vez por ello, en ocasiones, me sienta más huraño, más negativo (iba a escribir menos positivo, pero no es del todo correcto). Temo que se me pasen oportunidades por no verlas, por no estar ahí fuera, peleándome junto a alguien o contra algo que me impida hacer el trabajo.
Será que el trabajo, ahora, es sólo estudiar. Será que no estoy acostumbrado.
Por suerte, en el mundo siguen apareciendo cosas maravillosas que no hacen sino ampliar nuestra capacidad de sorpresa. ¿Quién dijo que no había otros mundos? ¿Quién dijo que en el nuestro, todo estaba por descubir? Estaba equivocado, y mucho.
Descubren un nuevo ecosistema bajo una fábrica de cemento en Israel
Un grupo de investigadores de la Universidad Hebrea de Jerusalén ha descubierto un nuevo ecosistema de crustáceos e invertebrados situado bajo una fábrica de cemento en las proximidades de Tel Aviv, en Israel.
Se trata de ocho nuevas especies de insectos invertebrados y de unicelulares desconocidas hasta ahora, y que han sido descubiertas bajo la gigantesca fábrica de cemento de Nesher, en la localidad de Ramle, informaron los investigadores en una rueda de prensa en Jerusalén.
Las nuevas especies están en una cueva prehistórica bajo la cantera de la fábrica, que quedó al descubierto durante unas excavaciones de rutina.
La cueva, de unos 2,5 kilómetros de largo y unos 100 metros de profundidad, data de hace millones de años y en ella se ha descubierto un pseudo-escorpión y cuatro tipos de crustáceos.
Hanán Diamantman, biólogo de la Universidad Hebrea, aseguró en la conferencia que "las nuevas especies halladas son desconocidas para la ciencia".
Debido a que la cueva ha estado cerrada durante millones de años, las especies descubiertas son absolutamente ciegas. "Ninguna de las especies analizadas tenía ojos, lo que significa que perdieron la vista a lo largo de su evolución", explicó el
investigador, quien agregó que "es una cueva de una biodiversidad fantástica".
Los análisis de ADN de las nuevas especies demuestran características genéticas muy exclusivas que responden al completo aislamiento del ecosistema durante millones de años. El descubrimiento se ha realizado en una zona de piedra caliza que en tiempos prehistóricos estuvo cubierta por el mar Mediterráneo, y que al retirarse el agua salada, la lluvia fue carcomiendo hasta dejar en su interior espectaculares cuevas, entre ellas una repleta de estalactitas y estalagmitas hallada en la década de los cincuenta.
El geógrafo Amos Frumkin, también de la Universidad Hebrea, explicó que el aislamiento del ecosistema se debe a una densa capa de roca en la parte superior que no dejó pasar el agua, y que mantuvo la cueva absolutamente seca.
Los directivos de la fábrica han asegurado que dejarán abierta la cueva a la investigación, si bien los científicos serán los únicos que entren a ella por el momento.
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