Si te apasiona un deporte en el que 22 señores con poca ropa, divividos en dos bandos formados por el mismo número de jugadores (al menos, al principio), cada uno de los cuales intenta meter un balón reglamentario en la portería defendida por el otro más veces que su rival, tal vez el sitio que has de visitar no sea este:
De acuerdo, lleva la copa que le dan al ganador y utiliza el verbo "animar".
Pero no es sino un reclamo para que tu conciencia ecológica, social, política o como se llame lo que tienes entre oreja y oreja se ponga las pilas y veas cuáles son las características de los países cuyos equipos nacionales participan en el torneo.
Y aprecies, pues, las enormes diferencias que hay entre las realidades de unos y otros lugares. Probablemente mucho mayores que las demostradas sobre el verde pasto alemán alrededor del cual parece que gire el mundo estos días.
De acuerdo, lleva la copa que le dan al ganador y utiliza el verbo "animar".
Pero no es sino un reclamo para que tu conciencia ecológica, social, política o como se llame lo que tienes entre oreja y oreja se ponga las pilas y veas cuáles son las características de los países cuyos equipos nacionales participan en el torneo.
Y aprecies, pues, las enormes diferencias que hay entre las realidades de unos y otros lugares. Probablemente mucho mayores que las demostradas sobre el verde pasto alemán alrededor del cual parece que gire el mundo estos días.
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