Érase una vez que Chuang Tzu soñó que era una mariposa.
Revoloteaba de acá para allá.
A todos los efectos era una mariposa.
Tan sólo era consciente de su felicidad como mariposa, sin darse cuenta que era Chuang.
Pronto despertó y allí estaba; ciertamente él mismo de nuevo.
Entonces no supo decir si en ese momento era un hombre que soñaba que era una mariposa, o bien si ahora era una mariposa que sueña que es un hombre.
Entre un hombre y una mariposa hay, necesariamente, una distinción.
A la transición se le denomina la transformación de las cosas materiales.
Sí, parece y es tao. Bonita filosofía que estudiar. Pronto.
martes, diciembre 21, 2004
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario