Ayer por la tarde ya me pas'o algo parecido en Central Park. Pero hoy ha sido tal ve m'as descarado. Sentado en el Madison Square Park, comiendo un bagel con queso, se me ha acercado una ardilla de un tama;o considerable. A un palmo, no m'as, se ha erguido y me ha mirado, pregunt'andome, casi mand'andome, que compartiera mi almuerzo con ella.
La he mirado y, sin hablar, le he dicho que ni de co;a , que era MI almuerzo y que se buscara la vida en otra parte. Lo ha comprendido a la primera, ya que no ha tardado ni cinco segundos en marcharse.
Poco despu'es, otra ardilla (s'i, era otra, seguro, ten'ia el pelo de diferente color, m'as oscuro) lo ha intentado por el flanco derecho. En esta ocasi'on se ha acercado inlcuso un poco m'as, a apenas cinco cent'imetros de mi hombro se ha parado. Ah'i ha hecho la pregunta de rigor y, como no pod'ia ser de otra manera, ha recibido la misma respuesta.
La he mirado y, sin hablar, le he dicho que ni de co;a , que era MI almuerzo y que se buscara la vida en otra parte. Lo ha comprendido a la primera, ya que no ha tardado ni cinco segundos en marcharse.
Poco despu'es, otra ardilla (s'i, era otra, seguro, ten'ia el pelo de diferente color, m'as oscuro) lo ha intentado por el flanco derecho. En esta ocasi'on se ha acercado inlcuso un poco m'as, a apenas cinco cent'imetros de mi hombro se ha parado. Ah'i ha hecho la pregunta de rigor y, como no pod'ia ser de otra manera, ha recibido la misma respuesta.
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