De los muchos titulares que se me han ocurrido tras leer la noticia en 20minutos, éste es el menos espectacular y probablemente el más cercano a la ¿realidad? de lo que ha sucedido esta mañana en la central nuclear de Cofrentes.
Menos que nada, apenas un incendio en un motor, pero que ha provocado un aviso a las autoridades de la cosa y, obligatoriamente, porque es preceptivo y porque es lo que hay que hacer, la parada inmediata del reactor. No merece más calificación que el cero que le ha asignado el Consejo de Seguridad Nuclear, por debajo de todo en la tabla oficial de riesgos nuecleares que aquí se ve.
Casi podríamos llamarle mala suerte a lo que está sucediendo en el Valle de Ayora. Un incendio idiota e inútil, como todos los que asolan nuestro cada día más desértico país. Una invasión de bárbaros del norte (ingleses, concretamente), que toman al asalto los bares y las tiendas locales pagando en libras y exigiendo un trato de privilegio, como es costumbre en ellos hacer desde que fueron Imperio.
A ahora este patatús. Que no le haya dado a nadie un yuyu.
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